Durante el acto litúrgico, en conmemoración a la festividad altagraciana, el obispo de la Diócesis Nuestra Señora de La Altagracia, apeló por una justicia más pronta y menos demorada, al afirmar que las salas de los tribunales y los jueces no dan abasto para impartir justicia. Refirió que la República Dominicana tiene un crecimiento económico brillante y que por tanto, debe manifestarse también en el sistema de justicia que necesita inversión económica.

Igualmente, abordó el tema de los accidentes de tránsito, haciendo énfasis de que las vías del país son una cita con la muerte, ya que cada año esta nación encabeza las estadísticas de muertes por esta causa. Por ello, hizo un llamado para que se busquen salidas para reducir este mal.
El religioso también apostó a que se aprieten enérgicamente las medidas de control de horario de expedido de bebidas y las que buscan darle un golpe a las sustancia controladas. “Que no le tiemble la muñeca a las autoridades para colocar en su lugar a colmadones y centros de diversión los que desafíen a las autoridades porque es insoportable el ruido y el caos”, expresó.
Durante la homilía, el obispo llamó, asimismo, a la clase política a unirse para propuestas sanas que contribuyan al desarrollo y a la prosperidad. Apostó a un nuevo liderazgo que favorezca la participación de las nuevas generaciones en el diseño y ejecución de nuevas iniciativas que impulsen a la Iglesia y a la sociedad.