Jugando en contra de esta larga planificación, una ola frío polar está llegando a Washington D.C. dejando hielo y nieve que ya obligó a cambios en las programaciones de algunos eventos. El más significativo, el de la juramentación del nuevo presidente, que por segunda vez en la historia de Estados Unidos se realizará en el interior del Capitolio y no en su exterior como es habitual.

De acuerdo con los pronósticos meteorológicos, se prevé que la investidura de Trump sea la más gélida desde la del presidente Ronald Reagan en 1985, cuando hizo tanto frío que la ceremonia de juramentación se llevó a cabo en un espacio cerrado. La de este año, será incluso más fría que durante la investidura de Barack Obama en 2009, cuando la temperatura máxima fue de -1 grados centígrados, la mínima de -7 y la sensación térmica fue de -12 grados.
Hay una ráfaga de viento ártico que barre el país», escribió Trump en Truth Social el viernes al mediodía. «No quiero ver a gente lastimada o herida de ningún modo. Son condiciones peligrosas para las decenas de miles de agentes de la ley, personal de emergencias, perros policía y hasta caballos, y cientos de miles de simpatizantes que estarán afuera durante muchas horas el día 20 (en cualquier caso, si decides venir, ¡vístete bien!)».
Trump anunció en esta misma publicación que el discurso inaugural, las oraciones en ocasión de su investidura y otros discursos se realizarán en la Rotonda del Capitolio —en el interior del edificio— tal como lo hizo Reagan durante la inauguración de 1985.