Por Pablo Das Neves
No hay dudas que el actual contexto global puede ser definido como el clásico ejemplo VUCA: volátil, incierto, complejo y ambiguo. Hoy, la ciberseguridad, la IA y el control de las infraestructuras críticas son esenciales no solo como una preocupación estratégica nacional, sino también como factor de desarrollo y estabilidad económica del sector privado. En este contexto global, geográficamente Israel y Europa destacan como líderes en iniciativas que combinan tecnología, seguridad e inteligencia, abriendo grandes oportunidades de inversión.

Con un trabajo metódico en los últimos años, Israel se ha consolidado como un referente global en tecnología de seguridad, con un ecosistema de más de 500 empresas especializadas en ciberseguridad. En 2024, exportó soluciones tecnológicas por 12.000 de dólares, un incremento de 18% respecto al 2023. Estas exportaciones incluyen software de protección de datos, sistemas de vigilancia inteligente y herramientas de inteligencia artificial diseñadas para prevenir ataques cibernéticos. Entre los principales jugadores del sector se encuentran Check Point Software Technologies y NSO Group Los números son contundentes, más del 40% de las compañías Fortune 500 dependen de tecnologías israelíes para proteger sus redes e infraestructuras, subrayando su impacto en los mercados globales.
Europa, en tanto, está intensificando su participación en este sector. La Comisión Europea destinó en 2024 más de 3.500 millones de euros al desarrollo de tecnologías de ciberseguridad y la modernización de infraestructuras críticas en energía, transporte y telecomunicaciones. De acuerdo a UBS, estas inversiones podrían generar un impacto económico de 15.000 millones de euros para el 2027, fomentando empleos de alta tecnología y reduciendo la dependencia de proveedores externos, especialmente de China, con quien mantiene una relación de desconfianzas políticas mutuas. En el ecosistema europeo pueden encontrarse jugadores como Siemmens AG y Thales Group liderando estos desarrollos.